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lunes, 24 de octubre de 2011

Comer bien para pensar mejor?


Una buena apariencia física, juventud o belleza no sería nada sin un cerebro sano, ya que en resumidas cuentas, este es el centro de nuestro mundo personal y quizás la propiedad más valiosa que podemos tener, por lo que es muy importante cuidarlo. Todos nuestros movimientos, voluntarios e involuntarios, pensamientos, latidos del corazón, parpadeos y hasta la respiración, los controla el cerebro, el que también se daña a medida que envejecemos.
Evitar que el cerebro reciba el suministro constante de sangre, abundante en oxígeno, nos previene de derrames cerebrales y embolias, los que son generalmente ocasionado por las arterias obstruidas y la presión alta. Enfermedades que se pueden evitar también con una alimentación adecuada, ingiriendo sobre todo, frutas y verduras y productos lácteos en abundancia semi descremados, o sea una dieta con menor cantidad de alimentos grasos, los que se pueden evitar desde el momento de prepararlos, ya sea disminuyendo las grasas al cocinar o sustituyendo, sin que pierdan su sabor  y quizás hasta enriqueciendo nuestro alimento.
Las vitaminas que utiliza el cerebro son la B12, niacina, tiamina, B6, ácido fólico, y minerales como cinc, hierro y cobre, que intervienen en el funcionamiento de las terminaciones nerviosas. Además de magnesio, calcio y potasio que transmiten las señales eléctricas entre las células.
Siendo entonces las mejores vitaminas y minerales para el cerebro las ya mencionadas, además de la vitamina C, E, betacaroteno, el que al ser consumido a través de alimentos ricos en esta enzima, se transforma en vitamina A. De manera natural a través de alimentos como, espinacas, acelgas, espárragos, lentejas, calabaza, brócoli, zanahoria, plátano, tofu, papaya.
También los carbohidratos, preferentemente sin grasa, nos ayudan a estimular la producción de serotonina, sustancia química que ayuda a controlar las emociones y el apetito, igualmente la proteína, 150 gramos bastan, es necesaria para el cerebro, consumir pescado, carne de ave y aún carne roja sin grasa, sin olvidarse de la fruta, de dos a cuatro porciones al día, nos ayudaran a pensar mejor.
Además de mantener una dieta sana que contribuya a mantener un cerebro sano, es importante ejercitarlo, desde aprender otro idioma, tocar un instrumento, o simplemente hasta aprender a andar en bicicleta, armar rompecabezas o hacer crucigramas nos ayudará a ejercitarlo. Todo lo que resulte un reto para nuestra mente hará que nuestro cerebro se estimule.
Dedicando unos cuantos minutos al día a hacer cosas nuevas y diferentes nos ayudará a ejercitar la mente, aprenderse nuevamente los números telefónicos de memoria es un buen comienzo, y no recurrir a la memoria del teléfono, ir al supermercado sin una lista previa, sino memorizar lo que se necesite, o incluso ir sumando el costo de cada uno de los productos, es más que un reto mental.
Leer por lo menos quince minutos al día siempre se ha recomendado, aunque tal parece muchas personas han perdido el hábito por “falta de tiempo”, y luego nos preguntamos el porque cada día se nos olvidan más las cosas, tal parece que hoy en día dejamos nuestra memoria a los avances de la tecnología, y hasta aprender un teléfono o memorizar nuestras citas es ahora algo inútil de hacer, teniendo tantos recursos.


Sugerencias de alimentación sana
Mucho se ha hablado de la dieta mediterránea, la que debe su nombre precisamente a que es la alimentación que tienen los habitantes del sur de España, Grecia, Italia y Francia, dando como resultado una de las poblaciones más sanas del mundo debido a que sus hábitos alimenticios los protege de enfermedades como el cáncer e insuficiencias coronarias, así como de otra enfermedades fatales, y uno de los secretos es sin duda el aceite que consumen y que es extraído de las aceitunas, el aceite de oliva.
Por lo que elegir comer estilo mediterráneo sería una de las mejores decisiones para mantenernos sanos.
Mantener una dieta de este estilo no resulta tan difícil de llevar, sino simplemente tomar en cuenta cual es la base de su alimentación y que es en primer lugar un cereal como parte principal de la comida. Ya sea pasta, arroz, pan o papa, preparados con aceite de oliva y acompañados con abundantes verduras, incluyendo ingredientes como pimiento morrón rojo, que asado es delicioso, o berenjena, para la que no hay que ser aventurero, audaz o temerario para prepararla y consumirla, ya que únicamente hay que pelarla, de preferencia, cortarla, rociarle sal, dejarla reposar, y quitarle el exceso de agua para que se le quite el sabor amargo, después prepararla acompañada con jitomate picado, ajo, sal y pimienta, dejarla cocinar.  O rebanada y preparada como una lasagna, utilizándola en lugar de la pasta y sin que falte la carne molida preparada, o al horno y acompañada de un buen queso parmesano.
Para esta dieta también se recomienda el consumo de más pescado, mariscos, pollo, frijoles y lentejas y menos de  carnes rojas.
Las ensaladas se acompañan con aderezos preparados con aceite de oliva y utilizar ingredientes como tomates deshidratados, nueces, almendras, piñones, aceitunas y semillas de girasol y ajonjolí, las que resultan excelentes hasta para consumirlas en el cereal de la mañana y no olvidar las frutas frescas y secas, como higo, pasitas, chabacanos. Y quesos como mozzarella, ricotta, feta y parmesano.
Las pastas también se deben de acompañar principalmente con verduras frescas, jitomate fresco o deshidratado, queso, evitando los aderezos preparados con crema o mayonesa, y utilizando aceite de oliva.



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